“Le vamos a pedir por favor, que levanten la mano quienes vuelan por primera vez”, preguntó la encargada de la tripulación de Aerolíneas Argentinas a los jóvenes que se trasladaban a Mar del Plata para participar esta semana de los Juegos Nacionales Evita. Al mismo tiempo casi todos los integrantes del vuelo las elevaron para confirmar su primera experiencia que arrancó un aplauso generalizado y expresiones risueñas.

La experiencia se repitió en parecidas sensaciones en los cuatro vuelos que arribaron a la ciudad balnearia para trasladar a más de 800 deportistas que desde mañana (hoy será el acto inaugural), competirán en diferentes disciplinas de deportes convencionales y deporte adaptado.

Habitualmente Mar del Plata es una experiencia única para los miles de chicos, muchos de ellos del interior que llegan con la ambición de competir y el deseo de conocer el mar.  En esta oportunidad le sumaron una nueva sensación: el placer de volar.

“Perdone si hago cosas raras, pero es la primera vez que viajo en avión”, expresó una joven de uno de los equipos de handball que participará del certamen mientras la nave levantaba vuelo y buscaba con la mirada lo que dejaban ver las luces de la ciudad que dejaban atrás para que una hora después los focos de una dormida Mar del Plata (muchos arribaron después de la medianoche) volviera a encender la ilusión de estar viviendo una experiencia única.

El ministerio de Deportes, ante las dificultades para tener en tiempo la disponibilidad de los micros, reprogramó la salida en avión por primera vez desde que los Juegos Evita se retomaron dos décadas atrás y los chicos felices de sumar una nueva sensación. Entre las nubes y el mar, ahora llegó el momento de poner los pies sobre la tierra y salir a jugar.