Una vereda al mar: El sueño de “Coco” Urbano
Aníbal “Coco” Urbano pasó por Neuquén en su larga travesía hasta Mar del Plata que se inició el pasado 17 de febrero en El Calafate, Santa Cruz y que tiene como finalidad concientizar a las autoridades gubernamentales sobre la necesidad de la construcción de una rampa accesible al mar para nadadores con discapacidad en su ciudad natal. Una propuesta que además se hace extensiva a ciudades con ríos y lagos en diferentes puntos del país.

En la Ciudad Deportiva, el deportista paralímpico quien es acompañado en esta travesía de la integración por el competidor en silla, Pablo Silva, fueron recibidos por el director Provincial de Deportes, Carlos Torres y la coordinadora general del ministerio provincial, María Inés Posse. También participaron del recibimiento la subsecretaria de Discapacidad de la Provincia, Andrea Umanzor, Matías Holgado de esa área de la cartera de Deportes y el Gerente Municipal de Actividad Física y Vida Saludable de la Municipalidad de Neuquén, Sebastián Tapia.
Urbano explicó que la propuesta “Una vereda al mar” consiste simplemente en construir una plataforma firme. No queremos que un escalón sea el que nos permita entrar al agua. Es nuestro granito de arena para que hagamos una ciudad para todos. A lo largo de nuestro recorrido que es de 3.500 kilómetros invitamos a sumar voluntades para hacer visible este reclamo. Como siempre digo, dónde pasó yo, pasan todo, en cambio al revés no. La mayor discapacidad es el prejuicio”, dijo el deportista.

A lo largo de su trayectoria como atleta de élite, Urbano fue campeón argentino de maratón en silla de ruedas (42 kilómetros) y campeón argentino de velocidad sobre 100 metros además de ostentar también varios podios internacionales destacándose un tercer puesto en la maratón de San Silvestre (1989); bronce en 100 y 400 metros en Los Ángeles 1991, entre otros logros, además de intervenir en siete travesías de integración que lo han llevado desde puntos tan distantes como La Quiaca ó la Antártida, a Mar del Plata.

Si bien tiene experiencias en travesías, “esta es la octava que estoy haciendo el rigor de la Patagonia realmente se siente. Pese a nuestro estado físico y que venimos entrenando hace un año y medio con Pablo, cuando salíamos del reparo el viento nos daba vuelta prácticamente”, contó.
“En el deporte encontré un lugar donde me podía desarrollar, como deportista y persona. Es un estilo de vida, por eso los invito a participar a entrenar, y pueden visualizar sus capacidades ya que tienen muchos beneficios”.
En ese sentido, instó a los presentes a “practicar una mirada interior para tratar de mostrar lo mejor de nuestras capacidades y valoricemos lo que tenemos”.
“Veremos así –agregó que somos personas hermosas. Seríamos discapacitados si compartiéramos nuestros dones”, afirmó y relató una anécdota personal para apoyar sus dichos: “soy piloto de parapente y recuerdo que un conocido mío subía 400 metros para llevarme y nada más verme volar”.
En este sentido reflexionó: “creo que la discapacidad más densa es la incapacidad de amar porque el amor es la única manera de compartir una sociedad para todos”, concluyó.

